Brasil refuerza estrategias para consolidarse como principal mercado del gas natural en la región 4b6qu

La mayor parte de la producción gasífera de Brasil es reinyectada a pozos petroleros./ Foto tomada del sitio web de Petrobras.
La mayor parte de la producción gasífera de Brasil es reinyectada a pozos petroleros./ Foto tomada del sitio web de Petrobras.
Desarrollar la infraestructura para el aprovechamiento de la riqueza gasífera es la meta que se plantea el sector.
Fecha de publicación: 16/05/2025

Con un enorme potencial oculto, principalmente, en su lecho marino, el crecimiento experimentado en los últimos años por el sector gasífero brasileño ha sido exponencial y se prevé que mantenga ese ritmo, en atención a la estrategia gubernamental de convertirla en una de las más sólidas del mundo.

Esta situación, no obstante, impone una serie de importantes desafíos, en especial relacionados con las regulaciones y las fuertes inversiones necesarias para desarrollar todas las áreas del negocio, lo cual demanda la participación de un sector privado ávido de seguridad y garantía para sus capitales. 

La promulgación de una nueva legislación, en 2021, y más recientemente de su regulación en 2024, han allanado el camino para que esta participación privada se concrete, pese a lo cual persisten problemas estructurales que ralentizan el despegue de una actividad vital para la octava economía del mundo.


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Crecimiento asegurado 4r6323

Al cierre de 2024, las reservas probadas de gas de Brasil ascendieron a 546.020 millones de metros cúbicos, un 5,17 % por encima de lo estimado en 2023, según datos de la Agencia Nacional del Petróleo, Gas y Biocombustibles (ANP).

La estatal también señala que la producción de gas natural alcanzó en 2024 un promedio anual de 153 millones de metros cúbicos al día (Mm3/d), 2 % más que los 150 Mm3/d extraídos en 2023, mientras que las previsiones para este año rondan en torno a los 187 Mm3/d de gas natural, lo que supone un alza de 22 %.

“La industria del gas en Brasil es un mercado relevante, con enorme potencial de crecimiento. Contamos con producción, infraestructura instalada de tratamiento, regasificación, transporte y distribución, así como un gran mercado de consumo”, dice João de Almeida, socio de las áreas M&A y petróleo y gas en Demarest

El importante impulso en la producción de gas se ha sustentado en un alza del consumo residencial por el crecimiento poblacional, una mayor utilización para la producción industrial y, en modo particular, para su utilización en la generación de energía pues, aunque el potencial hidroeléctrico de Brasil es incuestionable, los largos períodos de sequía han hecho volcar la atención hacia otras fuentes energéticas, entre ellas el gas. 


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El impulso legal  30432l

Si bien varios gobiernos han apoyado a la industria brasileña de los hidrocarburos, sancionado leyes referidas al sector, el real impulso para el segmento gasífero llegó en 2021 con la promulgación de la Ley 14.134/2021Ley del Gas, instrumento jurídico que posibilitó el inicio de la necesaria apertura al capital privado. 

De hecho, tras su promulgación se han visto importantes avances, siendo el más destacado el proceso de apertura de Petrobras, acometiendo desinversiones y privatizaciones de infraestructuras de transporte y distribución que estuvieron siempre bajo égida, permitiendo la entrada de nuevos actores al mercado.

Esto trajo como consecuencia un auge de la producción y la puesta en marcha de proyectos para el procesamiento tanto del gas producido en el país como importado, así como de una completa red de regasificación nacional que sigue ampliándose. 

Otro impulsó llegó en 2024 con el Decreto 12.153/2024, regulación que profundizó la apertura en actividades como el transporte, el tratamiento, almacenamiento, licuefacción y comercialización del gas, apetecibles bocados para los empresarios locales y extranjeros interesados en probar las mieles de la abundancia carioca.  

“La nueva ley del gas fue un gran avance. Aún queda pendiente una parte relevante, que es la reglamentación, especialmente por parte de la ANP… En los próximos años será necesario resolver algunas discusiones regulatorias relevantes, ya que es esencial que los inversores tengan seguridad jurídica”, dice Almeida.


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Cuellos de botella

Pese a todo este avance, persisten cuellos de botella que crean dudas respecto a que se mantenga el ritmo de crecimiento percibido hasta ahora en el sector. Entre los problemas destaca la evidente ralentización de la economía brasileña (que este año crecerá la mitad de lo alcanzado en 2024), un precio muy elevado respecto al vigente en otros países, e inversiones muy por debajo de las expectativas y necesidades. 

Otro tema que preocupa a las empresas del área es el elevado volumen de gas que se destina a la reinyección de pozos petroleros, tomando en cuenta que cerca del 70 % de la oferta general (54 % del gas extraído en país y una parte significativa del importado) es revertido para mantener el flujo de crudo, reduciendo el volumen que podría ser comercializado tanto en el mercado interno como de exportación.

Algunos analistas señalan que esta situación obedece no solo a una estrategia para maximizar la extracción de petróleo, cuya rentabilidad es mucho mayor, sino a la falta de infraestructura para absorber la producción nacional, una tesis que entra en contradicción con aumento que han experimentado las importaciones de este recurso, que el año pasado crecieron alrededor de 7 % respecto al 2023.

En este sentido, João de Almeida señala que el empuje de la industria pasa por el desarrollo de infraestructura destinada al aprovechamiento del gas, entre ellos proyectos de generación de energía con consumo continuo, además de mejorar las condiciones tributarias que se ofrecen a las empresas del área. 

Asegura además que, si bien el papel del gobierno es fundamental en lo que respecta a la parte regulatoria/legislativa, la ley y la regulación por sí solas no son suficientes para crear el deseado nuevo mercado del gas con liquidez y precios más asequibles para los consumidores finales (particularmente en el sector industrial), sino que es preciso realizar cuantiosas inversiones para desarrollar más infraestructura. 

Al respecto, solo la estatal Petrobras anunció la inversión este 2025 de 600 millones de dólares al sector energético del gas, ello sin contar que en producción para exploración y producción de hidrocarburos invertirá USD 15.100 millones.


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Bolivia y Argentina dentro de la ecuación  635r

Antes de que Brasil descubriera y comenzara a explotar los ricos yacimientos de petróleo y gas del presal costa afuera, Bolivia tenía en su gigantesco vecino el destino seguro para sus exportaciones de gas, enviando alrededor de 15 millones de metros cúbicos al día, cerca de la mitad de su producción total, a través de una robusta red de gasoductos. Pero esa realidad cambió. 

El declive de la extracción boliviana y la irrupción de Argentina como nueva meca del gas en el cono sur, hizo que Brasilia desviara la mirada hacia los ricos yacimientos de Vaca Muerta que, pese a estar muy lejos de los grandes centros productivos brasileños, tiene en su competitivo precio el estímulo necesario para vencer este y otros obstáculos.  

Es así como desde abril de 2025 y tras la reconversión de los ductos que por años abastecieron con gas boliviano a los argentinos, el hidrocarburo extraído en la patagónica provincia de Neuquén fluye hacia el país del altiplano, donde conecta con el sistema que durante décadas han llevado gas a Brasil, posibilitando una triangulación que permite alimentar los generadores cariocas ubicados a más de 2.800 kilómetros de distancia.

Esta reingeniería se sustenta en las nuevas normativas sectoriales, que permiten la entrada de privados en eslabones de la cadena comercial tradicionalmente manejados por Petrobras, y aunque la estatal petrolera mantiene su hegemonía, se espera que en el mediano y largo plazo su presencia disminuya. 


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Exitosa triangulación  3ug59

Ahora bien, si Brasil cuenta con una de las mayores reservas de gas de la región ¿por qué debe importar gas argentino? Todo es cuestión de costos. 

De acuerdo con la ANP, más del 84 % del gas brasileño está asociado a la extracción petrolera del presal, yacimientos ubicados bajo gruesas capas de sal a 7.000 metros de profundidad en el lecho marino y a unas 200 millas de la costa, por lo que su extracción revista gran complejidad.  

“Perforar en sal es muy difícil, mucho más que en roca sólida, y más si se trata de yacimientos en aguas profundas, donde el lecho está miles de metros por debajo del nivel del mar. Eso hace que la producción de gas en esos yacimientos sea muy costosa”, afirma Iván Rodríguez, ingeniero geodésico especializado en perforaciones petroleras offshore.  

Se trata de una triangulación en la que todos ganan: Argentina, que mandará a su nuevo cliente mercado para dos millones de metros cúbicos diarios y prevé elevar la cifra a 30 Mm3/d para 2030; Brasil, porque comprará gas a un costo 50 % por debajo del precio promedio actual de USD 14 por BTU; y Bolivia, que obtendrá nos USD 200 millones por alquilar una red de gasoductos actualmente subutilizados.

“El desafío de utilizar las reservas brasileñas está relacionado con la infraestructura necesaria para su exploración. A menudo el coste que supone su implantación no hace viables estos proyectos. En otros casos, la burocracia, el riesgo país, los problemas de licencias y la incertidumbre jurídica terminan ahuyentando las inversiones o haciendo que su implementación sea muy laboriosa”, dice  Almeida.


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Futuro prometedor  1f276r

Si aun con los inconvenientes estructurales que enfrenta la industria gasífera brasileña está viviendo momentos de pleno auge, los expertos no dudan en considerar que su futuro está más que asegurado. 

Creo que el gas será el camino hacia la transición energética en Brasil. Como ocurre con muchos otros sectores, nos llevará mucho más tiempo lograr un desarrollo amplio. En cualquier caso, existe la conciencia de que la inversión en gas es un camino sin retorno y habrá que encontrar soluciones para que el mercado se desarrolle”, ratifica el abogado.

No obstante, para garantizar el éxito a la hora de involucrarse en un proyecto, el vocero de Demarest precisa que los actores actuales o potenciales deben prestar especial atención a los aspectos contractuales y regulatorios del negocio, así como identificar claramente la asignación de riesgos en los proyectos y tener claridad sobre lo establecido al respecto en la reforma tributaria.

“Éste es un momento de oportunidades, y quienes sepan anticiparse y posicionarse hoy probablemente se beneficiarán de mejores oportunidades en el futuro”. 

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