La estrategia de innovación de Cuatrecasas y su visión sobre la transformación del sector 624o18

Mientras la industria legal mundial debate sobre el impacto de la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías, Cuatrecasas ha decidido tomar un posicionamiento con el lanzamiento de 'Cuatrecasas Innova'. Con este proyecto, la firma internacional busca consolidar, bajo una sola 'marca', toda su estrategia de innovación abierta, desde el programa de aceleración, que cumple una década, hasta sus inversiones en startups legaltech.

Más que una reorganización, la decisión representa para el bufete una apuesta por definir la transformación del sector jurídico en América Latina y más allá.

En esta entrevista exclusiva, LexLatin conversó con tres de los arquitectos del proyecto: sc Muñoz, CIO de Cuatrecasas y cerebro detrás de la estrategia tecnológica de la firma; Manuel Quinche, socio director de la oficina de Bogotá, con profundo conocimiento del ecosistema emprendedor latinoamericano; y Oscar Trelles, socio director de la oficina de Lima y especialista en private equity. Bajo su liderazgo, más de 150 abogados de seis países están reimaginando qué significa ser una firma legal innovadora en 2025. 

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LexLatin: A diferencia de otras industrias, donde la innovación se traduce rápidamente en nuevos productos o modelos de negocio, en el ámbito jurídico la innovación suele ser más sutil o estructural. ¿Qué entienden ustedes por innovación legal y qué barreras culturales o institucionales en Latinoamérica siguen siendo obstáculos para el éxito?

sc Muñoz: La innovación legal, aunque tiene diversos ángulos, la entendemos como la implementación de nuevas ideas, metodologías, tecnologías y estructuras organizativas para mejorar la eficiencia, eficacia y accesibilidad de los servicios legales. A menudo, esto implica la adopción de tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial, y del análisis de datos, el desarrollo de nuevos modelos de negocio y la reestructuración de procesos internos para hacerlos más ágiles y colaborativos. Asimismo, existe una vertiente de innovación en la formulación de planteamientos jurídicos novedosos ante situaciones y operaciones de clientes, pero siempre con una gestión rigurosa de los riesgos potenciales. 

Manuel Quinche: En Latinoamérica −que no es tan distinta al resto de geografías−, algunas de las barreras culturales que encontramos incluyen la resistencia al cambio y una marcada preferencia por los métodos tradicionales. Muchas veces, el marco regulatorio en la región es también un obstáculo, ya que puede no estar adaptado para incorporar nuevas tecnologías o métodos disruptivos. Además, la falta de infraestructura tecnológica adecuada y la disparidad en el a la formación especializada son desafíos significativos. Al enfrentar estas barreras, es fundamental promover una cultura de innovación dentro de Cuatrecasas y trabajar estrechamente con reguladores y otros actores interesados para crear un entorno más favorable al cambio. 

¿Qué motivó la decisión de crear Cuatrecasas Innova como una marca unificada? ¿Qué valor aporta este reordenamiento a nivel estratégico?

FM: La creación de Cuatrecasas Innova responde a la necesidad de consolidar las iniciativas de innovación de la Firma en un ecosistema maduro, maximizar el aprovechamiento de recursos y reforzar su impacto estratégico. Este reordenamiento aporta mayor eficiencia operacional, refuerza nuestro posicionamiento internacional y mejora la percepción corporativa al integrar todos los esfuerzos bajo una estrategia unificada y coherente.

El programa Cuatrecasas Acelera (programa de innovación con el que la Firma impulsa aquellos proyectos emprendedores que busquen validar su estrategia legal y de negocio) cumple ya una década. ¿Qué evolución han observado en las necesidades legales de los startups de la región durante estos diez años y cómo ha adaptado la firma sus servicios para responder a estos cambios?

FM: Efectivamente, las necesidades legales de los startups han evolucionado. Si inicialmente los retos se centraban en aspectos operativos básicos como constitución y acuerdos de socios, actualmente los emprendedores tienen un mayor conocimiento de las normativas aplicables y precisan de un acompañamiento más complejo en, por ejemplo, rondas de financiación, propiedad intelectual o nuevas tecnologías.

Para ser compliant es imperante entender y aplicar las exigencias de las regulaciones; de ahí que los emprendedores sean cada vez más conocedores de sus necesidades legales. Tras 10 años de programa, comprendemos mejor las dinámicas del ecosistema emprendedor y, gracias a nuestros abogados del área de Conocimiento e Innovación, podemos acompañar a los startups más disruptivos en sus cuestiones legales estratégicas. Desde esta área, se encargan de analizar las regulaciones vigentes y futuras, así como su impacto en los distintos sectores. 

Cuatrecasas Acelera ha apoyado a más de 50 startups. ¿Podrían compartir una historia de éxito que haya realmente transformado algún aspecto del sector legal y otra que les haya enseñado lecciones invaluables sobre los límites de la innovación jurídica?

FM: En cuanto a límites de la innovación, destacaría la labor del startup alumni FuVeX, que ha logrado firmar el mayor contrato de drones civiles en España junto a Naturgy para la inspección de líneas eléctricas; acuerdo con el que Naturgy ha establecido nuevos estándares tecnológicos y operativos en la inspección de infraestructuras eléctricas. 

El uso de drones en proyectos como el de FuVeX ha evidenciado importantes retos regulatorios, por lo que la necesidad de adaptar procesos legales para vuelos autónomos y continuos refleja las barreras a las que se enfrentan las tecnologías emergentes. Esto demuestra que, aunque la innovación puede ser disruptiva, su implementación efectiva requiere una evolución paralela de la mano del marco jurídico vigente.

¿Cómo imaginan el papel de la inteligencia artificial en la práctica legal de Cuatrecasas en los próximos cinco años? ¿Qué experimentos o pruebas piloto están ya en marcha?

FM: Resulta complejo predecir el futuro e imaginar el impacto que tendrá en cinco años una tecnología como la IA generativa, que prácticamente acaba de nacer. Sin embargo, ya estamos viendo su impacto en, por ejemplo, la velocidad de las transacciones: vamos a tener capacidad de hacer más con menos y mucho más rápido. Estas nuevas capacidades permitirán a los abogados aportar más valor en el asesoramiento y, por lo tanto, ofrecer un servicio más sofisticado y de mayor complejidad.

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No hablamos ya de pruebas piloto, todos los abogados de Cuatrecasas disponen de asistentes de IA generativa que les están ayudando en sus tareas del día a día: en la revisión de documentos, detección de riesgos, planteamiento de estrategias, etc. Y sí, en el corto plazo, vamos a pasar de asistentes de IA a agentes de IA, con mayor potencia, autonomía y capaces de secuenciar y concatenar tareas. Siempre con el human in the loop: el abogado tiene el deber deontológico de revisar y supervisar.

Food4Brains busca actualizar al equipo con las últimas tendencias tecnológicas. ¿Qué tan preparados están los abogados latinoamericanos para asumir un rol más híbrido, entre lo jurídico y lo tecnológico?

Oscar Trelles: Aunque la resistencia al cambio y la preferencia por los métodos tradicionales es un fenómeno que se da en algunos casos, los abogados en Latinoamérica están plenamente preparados para absorber los avances tecnológicos. Esto es especialmente cierto en los abogados más jóvenes, quienes ya se desenvuelven con naturalidad en entornos tecnológicos y siempre buscan las últimas tendencias. La mayoría de las universidades en la región tienen el reto de incorporar de forma decidida el uso de la tecnología como parte fundamental en la formación de los abogados, a fin de dotarlos de las herramientas que permitan hacer más eficiente su trabajo. En lo que las universidades han acertado es en dotar a sus egresados con la capacidad de adaptación y aprendizaje acelerado, gracias a lo cual los abogados jóvenes, en cuanto perciben que una tecnología puede aportarles un alto valor agregado, la adoptan de forma natural en su práctica diaria. Por tanto, el reto es mostrarles a nuestros abogados jóvenes el valor de las nuevas tecnologías, a fin de que vean su adopción como una necesidad. 

Con tantos actores queriendo colaborar con firmas legales, ¿cuáles son los criterios clave para que un startup o aliado tecnológico sea parte de Cuatrecasas Innova? 

FM: Efectivamente, no es fácil escoger. En cuanto al programa de aceleración, buscamos startups de verticales como energía, salud, finanzas o movilidad, entre otras, que presenten retos jurídicos que nos impulsen a innovar como abogados, con marcos regulatorios novedosos y modelos de negocio desafiantes. Asimismo, buscamos una madurez en el entorno de startup semilla (seed), aunque no descartamos ni pre-seed ni serie A.

Respecto al aliado tecnológico, monitorizamos de forma continua el mercado internacional de startups en el ámbito LegalTech. Así, cuando identificamos una solución que puede aportar valor al Despacho, realizamos una validación interna con los stakeholders implicados y, si existe un encaje global (fit de funcionalidad, económico, etc.), el siguiente paso es realizar una prueba de concepto para comprobar realmente su aportación de valor. A partir de ahí, y si se confirma dicho valor, la integramos en nuestro ecosistema de soluciones. Actualmente, ya disponemos de más de diez soluciones de startups LegalTechoperativas en nuestro día a día.

¿Cómo van a medir el impacto de Cuatrecasas Innova a mediano plazo? Qué indicadores consideran clave: ¿número de alianzas, casos de éxito, eficiencia interna, retorno de inversión, o transformación cultural?

FM: Pues acabas de indicar unos cuantos de ellos. Pero el primero es la satisfacción tanto de los startups que participan en nuestros programas como de todos los participantes y asistentes a los eventos y actividades organizadas. Ese primer KPI es clave. Luego están los más cuantitativos que mencionas en la pregunta, y añadiría también los startups que se convierten en clientes a corto o medio plazo, la atracción de talento −ya que son iniciativas muy valoradas por las nuevas incorporaciones−, y el impacto reputacional y de marca que genera.

La regulación suele ir varios pasos por detrás de la innovación tecnológica. ¿Cómo están ustedes navegando esta tensión entre el impulso innovador y los marcos regulatorios existentes, y qué papel creen que deberían jugar los despachos de élite como Cuatrecasas en la modernización de la normativa que afecta a las nuevas tecnologías?

OT: En Cuatrecasas, afrontamos las nuevas tecnologías partiendo de un conocimiento profundo del marco regulatorio, pero sin dejar de lado la dinámica global de la industria. Creemos que los despachos de élite deben liderar los debates sobre modernización normativa y aportar soluciones jurídicas sólidas que integren la realidad local con las mejores prácticas internacionales, a fin de permitir el ingreso de las nuevas tecnologías y modelos de negocios, adaptados a las realidades locales.

Con la consolidación de Cuatrecasas Innova, ¿cómo están redefiniendo el concepto de "expertise legal" para el 2030? ¿Qué competencias consideran que serán imprescindibles para los abogados del futuro inmediato y cuáles de las actuales quedarán obsoletas?

OT: Desde mi punto de vista, y dado que la tecnología asumirá parte de las tareas que hoy realiza el abogado, las habilidades blandas (soft skills) serán clave, especialmente a medida que tareas repetitivas o de poco valor agregado sean automatizadas. Me refiero, entre otras, a las habilidades interpersonales, el pensamiento crítico, la comunicación efectiva, así como la adaptabilidad y la flexibilidad. Serán imprescindibles la capacidad de gestionar riesgos y la visión integral del negocio, mientras que las funciones puramente técnicas o aisladas se irán quedando obsoletas o serán asumidas por soluciones tecnológicas cada vez más complejas. 

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En tal sentido, es posible imaginar que, en un futuro no muy lejano, las primeras versiones de cualquier contrato serán realizadas por la inteligencia artificial y luego cada borrador será actualizado por la inteligencia artificial según los prompts que le dé el equipo negociador. Sin embargo, es más difícil imaginar que la negociación del contrato, que requiere un profundo conocimiento de las necesidades del cliente y la contraparte, así como la evaluación durante la negociación de los puntos a ceder o intercambiar, sea reemplazada por la inteligencia artificial. También es importante tener en cuenta que el adecuado uso de la inteligencia artificial requiere de un profundo conocimiento legal, que permita saber qué y cómo hacer los prompts y, a su vez, evaluar si las respuestas que da la herramienta son correctas o alucinaciones.